Censo de pingüinos
ISLA SNOW, Antártida—Clic. Clic, clic, clic. Clic. El biólogo conservacionista Steve Forrest está parado en la cima de un acantilado rocoso. Está en una isla remota en la costa de la Península Antártica. Detrás de él hay un glaciar aparentemente sin fin. Debajo de él hay varios cientos de pingüinos y sus crías. El trabajo de Forrest es contar cada uno de ellos con el contador metálico pequeño en su mano. No es una tarea fácil. Está nevando, el viento aúlla y los pingüinitos mullidos grises no se quedan quietos.
CHRISTIAN ASLUND—GREENPEACEForrest ha ido a Antártida cada enero durante los últimos seis años. Está ayudando a realizar una encuesta de la población de pingüinos barbijo del área. Es parte de un censo mundial de pingüinos que ayudará a los investigadores a comprender mejor el medioambiente antártico.
Vida oceánica
Los barbijos son los pingüinos más numerosos en Antártida, pero sus números están declinando. ¿Por qué? “Toda la evidencia que tenemos apunta al cambio climático como responsable”, dice Heather J. Lynch, quien diseñó la encuesta. El miembro del equipo del censo Noah Strycker agrega: “Sabemos que [el cambio climático] está afectando más a la Península Antártica que a cualquier otra parte en el mundo”.
CHRISTIAN ASLUND—GREENPEACELos científicos sospechan que las aguas más cálidas afectan al kril, las criaturas diminutas parecidas a un camarón, que los barbijos comen. Esto es malo para la cadena alimentaria del océano. Las ballenas y focas comen kril. Además de peces pequeños, como las anchoas, de las cuales dependen los peces más grandes. “Sin el kril, no tendríamos peces”, dice Forrest.
Pero el kril es difícil de estudiar. Por lo tanto, los investigadores se enfocan en los pingüinos. Son más fáciles de rastrear porque vuelven al mismo lugar cada año para poner huevos. Si los barbijos no están bien, significa que probablemente tampoco lo esté el kril. “Los pingüinos nos dan una idea sobre lo que ocurre en el océano a nuestro alrededor”, dice Forrest.
Esto no significa que contar pingüinos sea fácil. Los barbijos anidan en pendientes rocosas para proteger a sus huevos de predadores. A veces, los científicos usan binoculares para contar a las aves desde la distancia. Otras veces, el censo requiere enfrentarse a olas y agua helada en botes inflables. “Es miserable, hace frío, pero nos encanta”, dice Forrest. “Nos toca ir a lugares donde poca gente ha estado”.
CHRISTIAN ASLUND—GREENPEACEA pesar de sus patas cortas y alas rígidas, los barbijos son escaladores excelentes. Esto significa que los científicos también deben serlo. Y los pingüinos no siempre son limpios. Sus lugares de anidación están cubiertos de guano, o excremento, lo cual hace que estos lugares sean resbaladizos y olorosos.
Asistencia de drones
Este año, el equipo de investigación de Forrest recibió ayuda de ingenieros de robótica de Northeastern University. Está en Boston, Massachusetts. Los ingenieros vuelan un dron sobre una colonia para tomar fotografías. El equipo usará estas fotos para registrar el tamaño y lugar de la colonia. Además, las usará para enseñar a computadoras cómo reconocer nidos de pingüinos. De esta manera, las computadoras podrían un día contar los pingüinos usando fotografías satelitales.
CHRISTIAN ASLUND—GREENPEACEAlgunas de las colonias que Forrest contó este año se han reducido a más de la mitad desde que fueron contadas hace 50 años. Otras colonias nunca fueron contadas. Por esto, es importante hacer un censo de los barbijos ahora, dice Forrest. Cuanto más aprendemos sobre los barbijos, más aprendemos sobre el kril y los animales marinos que dependen de este. “Lo que está ocurriendo en Antártida está ocurriendo en todas partes”, dice. “Cuando lo entendemos, podemos empezar a solucionarlo”.